Te ofrecemos algunos consejos de cómo actuar si os presenta, como padres, algún episodio de anorexia o bulimia. Luchar contra ellas no es fácil. El tratamiento emocional para la anorexia o bulimia consiste en que la persona se acepte a sí misma.
Como padres como actuar frente a la Anorexia y la Bulimia
Los no
NO sentirse culpable. No hay padres perfectos, pero sí bienintencionados. Los problemas familiares son sólo una parte de la historia de un trastorno de la ingesta, y demás en cualquier caso, lo pasado es pasado. Lo importante es saber lo que puedes aportar para ayudar a tu hija / o.
NO permitir que la comida sea un arma.
NO permitir que preocupación por el problema de tu hijo /a le reste atención a tu matrimonio y a tus otros hijos. Hacer que el trastorno sea el centro de atención refuerza y prolonga el problema.
NO compadecer a tu hija /o. Demuéstrale comprensión, pero no la sobreprotejas. Necesita oportunidad de ser responsable e independiente.
NO permitir que sea él /ella quien dictamine horarios y actividades de la familia.
NO intercambies roles con tu hija/o.
NO dejarse manipular.
NO sentirse culpable. No hay padres perfectos, pero sí bienintencionados. Los problemas familiares son sólo una parte de la historia de un trastorno de la ingesta, y demás en cualquier caso, lo pasado es pasado. Lo importante es saber lo que puedes aportar para ayudar a tu hija / o.
NO permitir que la comida sea un arma.
NO permitir que preocupación por el problema de tu hijo /a le reste atención a tu matrimonio y a tus otros hijos. Hacer que el trastorno sea el centro de atención refuerza y prolonga el problema.
NO compadecer a tu hija /o. Demuéstrale comprensión, pero no la sobreprotejas. Necesita oportunidad de ser responsable e independiente.
NO permitir que sea él /ella quien dictamine horarios y actividades de la familia.
NO intercambies roles con tu hija/o.
NO dejarse manipular.
Los sí
Demostrar a través de actos y de palabras que se la quiere y se la respeta, pero asegurándose de que entienda que tu vida también es importante.
Darle la oportunidad de tomar responsabilidades en la medida que esté preparada /o (sin presionar prematuramente).
Combatir el perfeccionismo.
Tratar de ser paciente y tomar cada día como se presente. Recuperarse de un trastorno de la ingesta lleva su tiempo, si pones toda la concentración en el día que esté recuperado /a, el tiempo parecerá más largo.
Reconocer y respetar sus ideas e ideales aunque difieran de los tuyos. Hablar con él / ella a cerca de las diferencias, pero tratándolo / a como a un adulto con el que se cambian impresiones.
Buscar apoyo en tu pareja o en un familiar o en un amigo cercano. Es bueno poder hablar con alguien de la preocupación o de los sentimientos que acarrea el hecho de tener un hijo /a presa de un trastorno de la ingesta.
Los padres deben mostrarse unidos.
Demostrar a través de actos y de palabras que se la quiere y se la respeta, pero asegurándose de que entienda que tu vida también es importante.
Darle la oportunidad de tomar responsabilidades en la medida que esté preparada /o (sin presionar prematuramente).
Combatir el perfeccionismo.
Tratar de ser paciente y tomar cada día como se presente. Recuperarse de un trastorno de la ingesta lleva su tiempo, si pones toda la concentración en el día que esté recuperado /a, el tiempo parecerá más largo.
Reconocer y respetar sus ideas e ideales aunque difieran de los tuyos. Hablar con él / ella a cerca de las diferencias, pero tratándolo / a como a un adulto con el que se cambian impresiones.
Buscar apoyo en tu pareja o en un familiar o en un amigo cercano. Es bueno poder hablar con alguien de la preocupación o de los sentimientos que acarrea el hecho de tener un hijo /a presa de un trastorno de la ingesta.
Los padres deben mostrarse unidos.
¿Cómo ayudar a una persona con anorexia o bulimia?
Es importante ser honesto, directo y comprensivo. Siéntate y explica exactamente lo que has notado, sin ahorrar detalles. Dile a la persona que estás realmente preocupado por lo que pasa. Dile que te importa y que te gustaría ayudarle. Puedes decir, "me parece que quizás tengas un desorden alimenticio o problemas con la comida". No la acuses, condenes ni le hagas confesar. Apóyale, pero no intentes ser su terapeuta.
Sugiere ayuda profesional. La mayoría de la gente responde mejor a las opciones.
Es importante ser honesto, directo y comprensivo. Siéntate y explica exactamente lo que has notado, sin ahorrar detalles. Dile a la persona que estás realmente preocupado por lo que pasa. Dile que te importa y que te gustaría ayudarle. Puedes decir, "me parece que quizás tengas un desorden alimenticio o problemas con la comida". No la acuses, condenes ni le hagas confesar. Apóyale, pero no intentes ser su terapeuta.
Sugiere ayuda profesional. La mayoría de la gente responde mejor a las opciones.
Puedes ofrecerle algunas:
¿Porqué no llamas a Alabente?
"Podrías obtener más información en un grupo de ayuda mutua", o "Podrías pedir hora al dietista". Ofrécete a acompañarle para obtener ayuda.
Si se resiste a ser ayudado o niega el problema, es posible que no esté preparado para admitir que tiene un problema de anorexia o bulimia. No le ayudes a negarlo con tu silencio. Habla de las cosas que observas y que te preocupan. No puedes obligarle a buscar ayuda. Sin embargo, puedes indicarle a dónde puede dirigirse o llamar para pedir información; puedes incluso sugerir que empiece por hacerse un examen médico. Reafírmale que estás dispuesto a hablar del problema, pero sólo si quiere y en el momento que considere oportuno. No te pelees con él /ella por el tema de la comida o del peso.
Los amigos bien intencionados, los compañeros de habitación y los miembros de la familia tienden a implicarse demasiado en los problemas de la persona con anorexia o bulimia. Recuerda que los trastornos alimenticios se centran en temas de control y si intentas controlar a la persona enferma, siempre ganará. No intentes manipularla con sobornos, recompensas, castigos o culpabilidad. Ninguna de estas tácticas funciona. El apoyo es la clave.
Tanto si la persona está en tratamiento como si no, no cometas el error de intentar cambiar su comportamiento. Que sea ella quién lo haga. Es la única que puede cambiarlo. El cambio no será de la noche a la mañana. Si te implicas en exceso, puedes enfadarte y acaba quemándote.
Esto es todo lo que puede hacer un amigo, aunque sea frustrante. Sólo no podrás conseguir que la personase cure y no debes asumir esa responsabilidad tú sólo.
Si consigues que la persona se responsabilice de su comportamiento mientras la tratas con dignidad y comprensión, es mucho más probable que ésta busque ayuda e inicie el cambio.
(Traducción y adaptación de un texto publicado por el Equipo de Educación para la Salud, de la Universidad de Carnegie-Mellon USA).
Pautas de comportamiento familiar con la anorexia o la bulimia
La familia tiene que evitar temas de conversación relacionados con la comida, el aspecto físico de la paciente o la salud de la misma. Son temas que se tratan en el grupo terapéutico.
Los padres son las personas que deciden los menús diarios, deben abstenerse de preguntar al paciente su opinión sobre este tema.
Ignorar los comentarios o protestas de la paciente, respecto a cantidades o contenidos antes, durante y después de las comidas.
Procurar variar los menús, para que la paciente esté mejor nutrida y evitar que pueda acogerse a determinados alimentos que pueda llegar a ritualizar.
Si existen diferencias de opinión entre los miembros de la familia (respecto al trastorno), discutirlos fuera de la presencia del paciente, o posponerlo para plantearlos en el grupo terapéutico de familias o ante su terapeuta.
Si se resiste a ser ayudado o niega el problema, es posible que no esté preparado para admitir que tiene un problema de anorexia o bulimia. No le ayudes a negarlo con tu silencio. Habla de las cosas que observas y que te preocupan. No puedes obligarle a buscar ayuda. Sin embargo, puedes indicarle a dónde puede dirigirse o llamar para pedir información; puedes incluso sugerir que empiece por hacerse un examen médico. Reafírmale que estás dispuesto a hablar del problema, pero sólo si quiere y en el momento que considere oportuno. No te pelees con él /ella por el tema de la comida o del peso.
Los amigos bien intencionados, los compañeros de habitación y los miembros de la familia tienden a implicarse demasiado en los problemas de la persona con anorexia o bulimia. Recuerda que los trastornos alimenticios se centran en temas de control y si intentas controlar a la persona enferma, siempre ganará. No intentes manipularla con sobornos, recompensas, castigos o culpabilidad. Ninguna de estas tácticas funciona. El apoyo es la clave.
Tanto si la persona está en tratamiento como si no, no cometas el error de intentar cambiar su comportamiento. Que sea ella quién lo haga. Es la única que puede cambiarlo. El cambio no será de la noche a la mañana. Si te implicas en exceso, puedes enfadarte y acaba quemándote.
Esto es todo lo que puede hacer un amigo, aunque sea frustrante. Sólo no podrás conseguir que la personase cure y no debes asumir esa responsabilidad tú sólo.
Si consigues que la persona se responsabilice de su comportamiento mientras la tratas con dignidad y comprensión, es mucho más probable que ésta busque ayuda e inicie el cambio.
(Traducción y adaptación de un texto publicado por el Equipo de Educación para la Salud, de la Universidad de Carnegie-Mellon USA).
Pautas de comportamiento familiar con la anorexia o la bulimia
La familia tiene que evitar temas de conversación relacionados con la comida, el aspecto físico de la paciente o la salud de la misma. Son temas que se tratan en el grupo terapéutico.
Los padres son las personas que deciden los menús diarios, deben abstenerse de preguntar al paciente su opinión sobre este tema.
Ignorar los comentarios o protestas de la paciente, respecto a cantidades o contenidos antes, durante y después de las comidas.
Procurar variar los menús, para que la paciente esté mejor nutrida y evitar que pueda acogerse a determinados alimentos que pueda llegar a ritualizar.
Si existen diferencias de opinión entre los miembros de la familia (respecto al trastorno), discutirlos fuera de la presencia del paciente, o posponerlo para plantearlos en el grupo terapéutico de familias o ante su terapeuta.
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