miércoles, 23 de julio de 2008

Tensión arterial alta tratada con ajo

La hipertensión o tensión arterial alta es un problema cardiovascular cada vez más habitual y para el que el ajo puede suponer un buen remedio natural. Médicos como Hipócrates ya usaban el ajo para fortalecer el corazón y curar la tensión arterial alta.

El ajo (allium sativum L.) es uno de los alimentos y remedios naturales más estudiados en el tratamiento de las enfermedades cardiovasculares como la Tensión arterial alta, el colesterol, cardiopatías, etc. El origen del ajo hay que situarlo en Asia. En el Antiguo Egipto y en la Grecia Clásica el ajo gozó de muchísima aceptación médica para tratar muchas enfermedades destacando el cuidado del corazón, la Tensión arterial alta, etc.
La alicina parecer uno de los principios activos más destacables o potentes del ajo.

Presentaciones y formas de tomar el ajo
La tradición dice que "ajo cocido, ajo perdido" ya que la experiencia popular ha comprobado que el ajo crudo es mucho más eficaz que el ajo cocido, especialmente en el tratamiento de la Tensión arterial alta.

En la cocina mediterránea el ajo siempre ha tenido un lugar privilegiado (junto al aceite de oliva). Lo más habitual es que servirlo cortadito bien fino, con aceite de oliva y a veces con un poco de perejil. Platos mediterráneos muy típicos como el gazpacho, salsa pesto, salsa allioli (ajoaceite), pan con tomate, escalibada, etc. siempre contienen ajo.
Hay personas que se tragan uno o dos ajos pelados entero a mitad de las comidas (de dos a cuatro dientes de ajos al día). Hay que tener en cuenta que hay "estómagos" que no lo toleran crudo.
La maceración de ajo en aceite ha sido una de las maneras más habituales de tomar ajo para tener una buena salud y luchar, en particular, contra la tensión arterial alta. En un litro de aceite de oliva pondremos, mínimo durante tres semanas, unos 20 dientes de ajos pelados y cortados por la mitad. Podemos tomar un par de cucharaditas de este aceite sobre pan o sobre la comida.
En los herbolarios y farmacias se suele encontrar el ajo en forma de cápsulas, comprimidos, en tintura o extracto y en forma de opérculos o "perlas" de gelatina con aceite al ajo. Su elaboración suele ser muy minuciosa a fin de que por un lado siente bien, no nos moleste al estómago y por supuesto que nadie nuestro aliento "no nos delate". La dosis dependerá de la concentración del producto (ver envase) y del paciente en particular.

El ajo, gran remedio de la Tensión arterial alta
El ajo puede suponer en la mayoría de las ocasiones un remedio natural excepcional para la Tensión arterial alta y otras enfermedades cardiovasculares ya que "ataca" estos problemas desde varios ángulos:

El ajo es hipotensor o sea baja la tensión arterial alta (la hipertensión).
Es hipocolesterolemiante o sea ayuda a disminuir los niveles de colesterol y de los triglicéridos. Al mismo tiempo el ajo aumenta, en muchas ocasiones, el colesterol bueno o HDL.
Colabora en regular los altos niveles de glucosa o "azúcar" en sangre.
Mejora la elasticidad de las arterias y del corazón, a la vez que los mantiene limpios de grasas ya que la sangre circulante es más fluida gracias a su efecto depurativo.
Así pues en los casos de tensión arterial alta podemos ayudar, con el ajo, a mejorar todo el "circuito" cardiovascular.

Contraindicaciones del ajo
Tanto si tomamos varios ajos crudos o en forma de comprimidos a diario hay que tener en cuenta que no deberían consumirlos aquellas personas que tengan problemas de coagulación sanguínea, tendencia a hemorragias y personas con problemas de estómago, sin consultarlo previamente con su médico.

¿Sabías que...?
Un truco para evitar que el ajo nos repita consiste en extraer la parte verdosa que hay en su interior. Masticar un grano de café ayuda mucho a que nuestro aliento no huela a ajo.
Al principio algunas personas huelen o transpiran ligeramente a ajo aunque es un efecto o molestia momentánea ya que sólo indica, normalmente, que estamos descargando toxinas de nuestro organismo.

En todos los casos le recomendamos consultar con su médico, terapeuta u otro profesional de la salud competente. La información contenida en este articulo tiene una función meramente informativa.

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